El niño
indio.
Había una
vez un niño indio que estaba en el bosque, y por las mañanas salía a darle de
comer a las aves y al verlas alzar el vuelo se sentía feliz.
El
Jinete sin cabeza
Se dice
que en un pueblo se contaba la historia de un jinete en un caballo muy hermoso,
desapareció del lugar, sin dar señas de su desaparición. Pasaron los años y el caballo
apareció y vieron un jinete cabalgar sobre el pero ese jinete no tenía cabeza.
La gente horrorizada se metió a sus casas y no se explicaban lo que habían
visto…
El
gallo de la catedral.
Hace un
tiempo unos amigos le hicieron una broma a un amigo para hacerle creer que el
gallo de la catedral cobraba vida, el objetivo era que él dejara de tomar.
La dama
tapada
La Tapada
era una dama de cuerpo esbelto de perfume agradable, que aparecía en las noches
seguía a los borrachitos Pero la dama era calavera con olor a cementerio
reemplazaba el delicioso perfume.Paralizado de terror, loco o muerto quedaba el
hombre.
El misterio
de la bocana del río Misahualli
Como vivían en plena selva y ante la ausencia de una autoridad
que legalizara la relación una pareja decidió unir sus cuerpos y sus destinos a
la sombra de los frondosos y florecidos árboles de guaba. Pero el chico tuvo que viajar por su trabajo.
La bella chica con el recuerdo de su amado en la hermosa sonrisa de sus labios, recorría la extensa playa solitaria cuando la bañaba el suave Sol de la mañana, era esta una costumbre que le había impuesto el amor. Mas el tiempo pasaba inmisericorde y al final de su paso el cauchero jamás volvió.
La dama, presa de una indescriptible pena, desapareció un
funesto día como si se la hubiera tragado la tierra. Sus familiares y amigos la
buscaron afanosamente por toda la selva, pero todo fue en vano; las lágrimas y
el tiempo fueron borrando el dolor de su ausencia.
Los años pasaron dándole espacio a la historia y una mañana brumosa y fría, unos indígenas que pescaban por el sector, pudieron observar a una bella y joven mujer parada en la piedra grande del margen izquierdo del río, se acercaron a ella y cuando le preguntaron dónde vivía, solo señaló el agua y, sin decir una sola palabra, se lanzó al torrente sin salpicar una gota ni producir una onda en la superficie.
3. Dibujo los tres principales momentos de la leyenda que escribí en el ejercicio anterior.
(PREGUNTAS Y PROBLEMAS DEL LIBRO DE TRABAJO DE LENGUAJE Y LITERATURA DEL 7MO AEGB. DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN DEL ECUADOR)
Muy buena idea porque habeses ay cosas k uno no entiende
ResponderEliminargracias
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